CSI sigue siendo uno de los mayores éxitos de la década de 2000, por lo que no hace falta decir que algunas partes mejoraron con el tiempo, mientras que otras no.
Cuando se trata de programas de televisión de la década de 2000, CSI es la serie que ha tenido un impacto tan grande en el medio con 15 temporadas y el lanzamiento de tres spin-offs.
No obstante, el programa no es inmune a las arenas del tiempo. Incluso algo tan influyente como el programa tuvo un par de obstáculos en el camino, pero también vale la pena mencionar que también hizo muchas cosas bien.
CSI: Cyber
Se podría decir que CSI fue víctima de su propia popularidad, siendo sus programas derivados una prueba de ello. El peor infractor de estos fue CSI: Cyber, una serie de delitos procesales que se centra en delitos de tipo digital.
Conceptualmente, Cyber no es tan malo, pero en ejecución, fue un programa forense que persigue tendencias y que no agregó nada nuevo a una mesa ya abarrotada. No es de extrañar que este programa solo duró dos temporadas.
Grissom y Sara
Los romances en el lugar de trabajo no siempre son malos, pero este tipo específico inspira más preguntas que buenos recuerdos. No solo hay una gran diferencia de edad entre ellos, sino que la dinámica de poder en juego genera más preocupaciones.
El efecto CSI
CSI fue tan popular que influyó en las investigaciones de delitos de la vida real, para bien o para mal. Un ejemplo de lo último es lo que se conoce como: El efecto CSI.
Se refiere a la creencia de las fuerzas del orden público de que muestra que CSI hizo que los jurados exigieran pruebas contundentes en todo momento, incluso si tales hallazgos no son el final de todo en Tribunal.
Por razones creativas, CSI acortó el proceso real de investigación forense y se basó más en pruebas sólidas que en pruebas circunstanciales. Lo que hace que las condenas penales reales sean más difíciles que nunca.